
La Dirección General de Ingresos (DGI) viene trabajando en la implementación de un sistema de facturación electrónica, con el que espera facilitar al sector empresarial el manejo de su información contable y fortalecer las funciones institucionales de control e inteligencia fiscal.
El proyecto de “Factura Electrónica”, que inició el año pasado -2017- con el diseño del formato de la factura, se encuentra en una fase experimental, en la que están participando grandes empresas seleccionadas por la DGI.
Conforme lo tiene proyectado la DGI, el plan piloto evolucionará hacia una prueba opcional para empresas en 2019 y la redacción y promulgación de la ley que se necesitará para poner en marcha el proyecto de factura electrónica obligatoria, en 2020.
No más montañas de papel
Toda vez que hayan superado la curva de aprendizaje, los profesionales y empresarios podrán disponer de un instrumento que les permitirá potenciar y facilitar el ejercicio del comercio electrónico y la reducción de costos por impresión, distribución, digitalización, validación y almacenaje de facturas en papel.
Al mismo tiempo, este moderno y avanzado sistema de facturación electrónica facilitará a las autoridades tributarias el análisis, el cruce de datos y la supervisión de la información, con lo que espera mejorar el proceso de cobro de impuestos y –en consecuencia- combatir la evasión.
En específico, con la sustitución de las facturas tradicionales, el Gobierno de Panamá espera:
- Un ahorro de entre el 20% y el 80% de los costos relacionados a la impresión de facturas, su almacenamiento, distribución y disminuyendo los errores y costos de cálculos contables. El porcentaje dependerá del tamaño de las empresas y el volumen de su facturación.
- A futuro, permitir a los contribuyentes la simplificación y reducción de costos en el proceso de declaración de impuestos, ya que podría eliminar la presentación de informes y de anexos, así́ como, agilizar el proceso de devolución de impuestos, entre otros.
- Hacer más eficiente el proceso de gestión de la información y reducir los niveles de incumplimiento y fraude fiscal.
- Contribuir a la conservación del medio ambiente. Se estima que por cada millón de facturas se salvan 56 árboles.
- Facilitar el desarrollo del comercio electrónico, al facilitar el factoring, disminuir la competencia desleal entre las empresas e incrementar la productividad, en apoyo a los procesos empresariales de modernización y mejora.
Conforme lo expone el Proyecto de Factura Electrónica, la implementación de un modelo de documentos fiscales se está gestando con base en las mejores prácticas internacionales y ajustando al contexto socio económico panameño, mediante un proceso participativo y de consulta que incluye al sector público y privado.